Hacia una vejez activa
“Vivir más años no es un problema social sino un éxito”
Julio Pérez Díaz, demógrafo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas
Envejecimiento es el conjunto de cambios que experimentamos los seres vivos con el paso del tiempo. Es un proceso natural que nos afectará a todos.
Sin embargo, la forma en que percibimos la vejez es algo social. En las sociedades modernas, tendemos a relacionar envejecimiento con enfermedad, achaques, dolores y problemas.
Es importante romper con esta visión negativa de la vejez, especialmente en una sociedad que envejece. Mejorar la calidad de vida en la tercera edad es hoy un reto ineludible.
El envejecimiento no debe tratarse sólo desde un punto de vista sanitario-asistencial. Hay que crear una cultura generalista del envejecimiento. Una vida más larga tiene que acompañarse de mejor salud, más participación y seguridad.
Es fundamental que individuos y sociedad trabajemos para lograr una experiencia positiva de la vejez.
Apostar por la calidad de vida en la vejez
Pero, ¿qué es la calidad de vida en la vejez? Tiene que ver con diferentes aspectos como las relaciones familiares y afectivas, la seguridad económica, el apoyo del entorno social, la salud y la autonomía.
Es fundamental romper la asociación entre vejez y pérdida de iniciativa, necesidad de acatar la voluntad de los hijos y comienzo de una etapa de inactividad y dependencia.
Los mayores de hoy están mejor que los de generaciones anteriores. Entre los 65 y 74 años, nos encontramos con personas sanas, autónomas y activas.
La entrada en la vejez a través de la jubilación se reconoce como un momento para llevar a cabo nuevos proyectos, cuidar la salud y disfrutar de cosas nuevas.
Actualmente, un 53,6% de la población mayor ha iniciado una nueva actividad, de estos, un 26,9% ha elegido el deporte. Es un cambio importante que conduce a una vejez menos sedentaria. También aumenta el turismo y el voluntariado entre la tercera edad. (Libro Blanco de la Tercera Edad)
Fomentar el envejecimiento activo
La Organización Mundial de la Salud define el envejecimiento activo como "el proceso de optimización de oportunidades de salud, participación y seguridad, con el objetivo de mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen."
No se trata sólo de una actividad física o económica. También hablamos de una participación social, cultural, espiritual y cívica.
Las personas mayores quieren ser protagonistas de las políticas que afectan a sus vidas, tener recursos para mantener su autonomía el mayor tiempo posible y, en conjunto, tener una vivencia satisfactoria del proceso de envejecimiento.
Las personas mayores hoy son personas felices, que hacen ejercicio, cuidan su alimentación y participan en actividades de la comunidad. Se ha dado ya un gran paso para romper el estereotipo de un grupo pasivo y dependiente.
¿Cómo queremos vivir la vejez?
Una vejez activa pasa por una adecuada protección y un entorno que facilite a las personas desarrollar su bienestar físico, social y mental a lo largo de su vida. Pero también tiene un componente de prevención individual.
Es importante tomar conciencia de que podemos elegir nuestra forma de envejecer. En realidad, es algo que deberíamos plantearnos en la juventud. Pero solemos verlo como algo lejano o como algo sobre lo que no podemos incidir.
En el envejecimiento hay factores genéticos que no podemos controlar, pero podemos concentrarnos en aquellos sobre los que podemos incidir:
- Factores sociales: hemos de plantearnos qué tipo de sociedad queremos ser, qué servicios reclamamos, qué valores fomentamos.
- Factores predictivos: una dieta equilibrada, ejercicio físico regular, actividad mental, no fumar y no beber alcohol abusivamente.
Pensar en una vejez activa supone trabajar, de manera individual y colectiva, por nuestros mayores y por nuestro propio futuro. Con un objetivo claro: lograr una vejez que valga la pena vivir.