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Cuidados del pie diabético

Cuidados del pie diabético

Las personas mayores que padecen diabetes de tipo 2 o diabetes mellitus no insulinodependiente deben tener especial cuidado con sus pies. Como consecuencia de esta enfermedad el tejido de los nervios se puede ver afectado por la llamada neuropatía diabética o pérdida de sensibilidad en las extremidades del cuerpo, y también se puede dar una falta de irrigación sanguínea adecuada, llamada isquemia.

La pérdida de sensibilidad puede hacer que al producirse cualquier herida o úlcera en los pies la persona afectada no se dé cuenta y si, además, no recibe suficiente sangre y oxígeno en las extremidades, estas heridas pueden tardar más en curarse, constituyendo un peligroso foco de infección que en casos extremos puede llegar incluso a la gangrena y amputación de algún miembro.

La detección precoz de cualquier lesión o herida en los pies y una visita inmediata al médico pueden, por tanto, ahorrar complicaciones serias.

Prevenir lesiones en el pie diabético de las personas mayores

Lo primero que hay que hacer es seguir las recomendaciones generales para el control y tratamiento de la diabetes que, probablemente, nos habrá dado el médico o enfermera:

  • hacer ejercicio físico de manera habitual
  • seguir las pautas dietéticas: adoptar una alimentación variada y ordenada, controlar el consumo de grasas y el colesterol, no consumir alcohol
  • controlar los niveles de glucosa en sangre
  • tomar la medicación
  • no fumar (el tabaco afecta a la circulación de la sangre)

Además hay que adoptar una serie de medidas para prevenir o reducir en la medida de lo posible los problemas de salud de los pies que nos pueda producir la enfermedad.

Revisión diaria y completa del pie diabético

Hay que revisar bien las plantas, talones, costados, la parte superior de los pies y especialmente en medio de los dedos, donde es fácil que las lesiones pasen más desapercibidas, buscando:

  • piel seca o agrietada, cortes, ampollas o úlceras. Cualquier herida puede ser susceptible de infectarse y debe vigilarse con atención
  • hematomas o inflamación
  • cambios de color
  • falta de sensibilidad
  • dolor
  • callos

En caso de detectar cualquiera de estas cosas hay que acudir rápidamente al médico o enfermera.

Para poder ver correctamente todas las zonas del pie y si se está haciendo una autoexploración puede ser de ayuda utilizar un espejo. También se le puede pedir a un familiar o persona de confianza que nos la haga.

Higiene del pie diabético

Se debe realizar una higiene diaria teniendo en cuenta que es mejor hacerlo al ducharse y no haciendo un baño exclusivo de los pies porque la piel queda demasiado blanda y el agua puede estar demasiado caliente. Además hay que:

  • utilizar agua tibia. Para comprobar la temperatura del agua se puede utilizar el codo o el brazo. Si es necesario retirarlos es que está demasiado caliente
  • emplear jabones neutros y suaves
  • si se tiene dificultad para llegar a los pies se puede emplear un cepillo con un mango largo. El cepillo debe ser blando, nunca duro
  • enjuagar bien los pies para que no queden restos de jabón
  • secar de manera cuidadosa y suave los pies. Se puede hacer con pequeños golpecitos con la toalla, asegurándose de que no quede humedad entre los dedos
  • hidratar las zonas secas con una crema de lanolina, evitando ponerla entre los dedos

Después de llevar a cabo la higiene no conviene salir a caminar ya que la piel tarda un rato en recuperarse y hay que dejar que la crema, si se ha aplicado, se absorba correctamente.

Pedicura y podología del pie diabético

Es muy importante tener cuidado de las uñas de los pies:

Servicio de podología de la Residencia Santa María del Tura

Servicio de podología de la Residencia Sta. María del Tura, en Olot. En las residencias del IRSGJ se valora el riesgo de pie diabético de los residentes que sufren esta enfermedad, adecuando la atención al nivel de riesgo detectado. Las actuaciones diarias son la observación, la exploración neuropática y vascular (en casos de alto riesgo) y la prevención.
  • deben cortarse con cortaúñas, nunca con tijeras ni cualquier otro instrumento con el que nos podamos hacer cortes o heridas
  • antes de cortarlas se pueden remojar los pies en agua tibia para ablandarlas
  • no se deben dejar demasiado largas, demasiado cortas o mal cortadas
  • deben cortarse horizontalmente, dejando los bordes rectos. Si se cortan haciendo una forma redonda pueden volverse encarnadas
  • para eliminar bordes irregulares se puede utilizar una lima de cartón

Las personas mayores que tienen callos o durezas en los pies y sufren diabetes deberían visitar el podólogo. De todos modos, si se tienen callos y el médico ha dado permiso para tratarlos en casa hay que tener cuidado y usar una piedra pómez para eliminarlos, frotando suavemente, nunca cortando. Tampoco es conveniente utilizar productos químicos para tratarlos, si no han sido recetados por el médico.

Otras recomendaciones para el cuidado del pie diabético

La insensibilidad (neuropatía diabética) en los pies que pueden sufrir las personas mayores con diabetes hace que haya que tener en cuenta algunas medidas preventivas para evitar heridas, quemaduras, congelaciones, etc .:

  • no llevar calzado sin calcetines
  • no caminar descalzos
  • evitar el calor directo sobre los pies (sol, arena caliente de la playa, mantas eléctricas, bolsas de agua caliente, etc.)
  • utilizar, si se considera conveniente, calzado específico y cómodo, adecuado para proteger la piel y evitar úlceras o heridas
  • si se tiene frío en los pies utilizar calcetines de lana y algodón.