En la residencia, como en casa
Hay una pregunta que tanto profesionales, como familias como residentes tenemos en común: ¿se pueden mantener los vínculos con el hogar una vez se está en la residencia? En los centros residenciales del IRSJG consideramos que no solo es posible, sino que es deseable y muy positivo para el residente y su familia. A continuación os daremos algunas pautas y os explicaremos qué hacemos desde las residencias del Instituto de Religiosas de San José de Gerona para minimizar las percepciones negativas ante el cambio de hogar.
Como hemos comentado en una entrada anterior sobre el abandono del hogar, la casa está llena de objetos personales con los que la persona mayor se siente muy identificada, están llenos de recuerdos y son parte de su propia vida. Es por eso que en nuestras residencias damos facilidades a los residentes para que puedan personalizar su habitación, su espacio. Con la personalización del espacio, la persona mayor preserva su identidad y mantiene alguno de los recuerdos que constituyen un vínculo con su pasado y con el futuro de su familia.
Otro aspecto clave es la preparación y la información, tanto la que se le da a la persona mayor antes de ir a la residencia como la que la residencia obtiene del nuevo residente y que ayudará a seleccionar un buen compañero de habitación -en el caso de que las habitaciones sean compartidas- o unos buenos compañeros de mesa.
Y el último aspecto, pero quizás el más importante: las visitas de retorno de la persona mayor a su antiguo hogar y al vecindario y las visitas y llamadas frecuentes de los familiares y amigos al centro.
Desde la residencia, también animamos a los residentes para que sigan realizando, en la medida de lo posible, las actividades que hacían antes, así como a participar en las actividades que se realizan en la residencia. Fomentamos también la participación de los residentes en la organización del centro, ya sea a través del consejo de residentes o de la aportación directa de sugerencias.