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Cuidar a las personas mayores en su propia lengua por la calidad asistencial

26/11/2024
Desde 2011, en el Centre Geriàtric Maria Gay se han creado hasta 90 parejas lingüísticas para aprender catalán, y actualmente, hay 11 activas.

DIXIT, Centre de Documentació de Serveis Socials, organizó el pasado 14 de noviembre la mesa redonda virtual "Experiències lingüístiques inspiradores per al foment de l’ús del català en centres i residències de gent gran", con la aportación del Centre Geriàtric Maria Gay de Girona, pionero participando en el programa Voluntariat per la Llengua (VxL), en el que participa desde 2011.

Desde entonces, en el Centre Geriàtric Maria Gay, del Instituto de Religiosas de San José de Gerona, se han creado hasta 90 parejas lingüísticas entre el equipo humano, en las que una persona que domina la lengua es la enseñante voluntaria y la otra es la aprendiz de catalán, en sesiones de una hora a la semana. 

Experiencias prácticas

En la mesa redonda contaron su experiencia en esta práctica y sobre la importancia del uso de la lengua en este sector, donde es tan importante, las trabajadoras del Centre Maria Gay Anna Cáceres, de Girona, con tareas de apoyo a la coordinación, como voluntaria del programa. Y la aprendiz, Nora Rosales, auxiliar, aquí, de clínica desde hace dos años, procedente de América Latina. 

En esta parte dedicada a las experiencias del programa Voluntariat per la Llengua (VxL), las trabajadoras del Centre Maria Gay participaron junto al equipo humano de la Residència Ítaca de Reus, poniendo de manifiesto que la lengua es una cuestión de calidad asistencial y de bienestar. 

Ya en la primera parte de la mesa, Marina Massaguer Comes, doctora en Filología Catalana y asesora en política lingüística, se refería en su ponencia a la importancia del catalán en la atención social y a los beneficios de incrementar el conocimiento y el uso en este ámbito. Y también habló de cómo las personas que trabajan en la atención social son fundamentales para garantizar los derechos lingüísticos de los usuarios, de las personas que residen en los centros geriátricos o participan en los centros de día. 

Importancia de la lengua en la atención social

Marina Massaguer habló de de facilitar el catalán en las residencias a partir de la experiencia de su abuela, nacida en Pals (Gerona), y a quien nunca oyó hablar en castellano, porque no lo sabía ni lo había estudiado nunca, puntualizó. Los últimos tiempos de su vida, con un deterioro cognitivo, fue ingresada en una residencia, donde los profesionales le hablaban mayoritariamente en castellano. La comunicación en este estado era difícil, dijo, en unas conversaciones y “diálogos de besugos”, conformando una situación triste, donde, a veces, expresando dolor, no era comprendida.

También se puso Marina Massaguer en el lugar de trabajadores y trabajadoras, por lo que significa la dificultad de comunicarse con las personas que atienden, que complica poder hacer bien su trabajo. "La lengua no es un tema menor", señaló, porque "es clave para conseguir una buena atención".

Voluntariado por la Lengua

El programa Voluntariat per la Llengua, dentro del Pla de Foment del català, del Departament de Drets Socials i Inclusió, se ha consolidado como una herramienta muy potente para mejorar la calidad de la atención sociosanitaria, y que contribuye, a la vez, a una mejor integración de las personas trabajadoras que vienen de fuera.

Anna Cáceres, como experta laboral en este ámbito, sabe perfectamente la importancia que tiene que las personas, cuando llegan al final de la vida, puedan expresarse en su propia lengua.
 Actualmente, son 11 las parejas lingüísticas formadas entre el equipo humano del Centre Geriàtric Maria Gay, con la participación activa también de hermanas que vienen de fuera y quienes quieren aprender el catalán, como es el caso de la responsable de la Pastoral, la Hna. Salomé Gutiérrez, o la Hna. Marie Fazila Kahindo.

En este tiempo como voluntaria, enseñando el catalán a compañeras y compañeros del equipo humano, Anna ha aprendido que es fundamental para el aprendizaje de trabajadores o trabajadoras de fuera pronunciar más despacio. Y todavía más, explica sonriente, en el caso de su acento de Girona, con un catalán más cerrado, por decirlo de alguna forma.

Sonríe también cuando explica que, a veces, “a los catalanes nos cuesta encontrar la traducción de una palabra concreta al castellano”, cuando es necesario recorrer a esta lengua para explicar bien el significado.

La realidad lingüística de la mayoría de las personas residentes del Centre Geriàtric Maria Gay es la condición de catalanohablantes; a veces, con poca experiencia vital con el castellano. Que choca con la realidad del mercado laboral sociosanitario, con trabajadores y trabajadoras que han venido de fuera. Conciliarlo no es fácil. Afortunadamente, programas como este y la voluntad de voluntarios (enseñantes y aprendices) lo pone más fácil.

Las parejas lingüísticas tienen otros beneficios, como la multiculturalidad, porque, tal y como precisa Anna Cáceres, “aquí, todos aprendemos cosas los unos de los otros y de todos los países”. La experiencia contada en la mesa, seguramente, servirá de inspiración para otros profesionales de ámbitos sociales.

En este enlace se puede seguir toda la mesa redonda DIXIT con las experiencias

  • L'Anna Cáceres, a la dreta, fa de voluntària ensenyant el català a la seva companya de feina Nora Rosales.